Unión Europea

El día en el que Europa dejó de volar

por Cristina Pita da Veiga

Fuente: Comisión Europea

La pandemia ha tenido consecuencias en prácticamente todos los sectores, pero quizá el de la aviación ha sido uno de los más afectados. El cierre de las fronteras exteriores y entre países de la Unión Europea ha provocado una caída en el número de pasajeros, datos que se observan comparando marzo de 2019 y 2020. Las cifras muestran que las aerolíneas están remontando, pero siguen primando los vuelos cancelados.

Parecía algo inconcebible al comienzo, pero duró desde marzo hasta junio. Los Estados miembros cerraron sus puertas para evitar la propagación del Covid-19 y cambiaron de un momento a otro la concepción que tienen los europeos de lo que significa la UE: el fin de las fronteras. En marzo, el espacio aéreo europeo cerró sus fronteras exteriores por primera vez, pero también se redujeron los movimientos dentro de la Unión Europea. En la mayoría de los casos, los desplazamientos debían estar justificados por motivos sanitarios o laborales hasta el 15 de junio, fecha en Bruselas pidió la apertura, aunque no fue aplicada por todos ellos.

Según Eurostat, la Oficina Europea de Estadística, en la mayoría de los aeropuertos con más tráfico aéreo se redujo un 50% el número de pasajeros. Alemania es el país que más ha notado la diferencia si se comparan los datos de marzo de 2019 y los de 2020. El año pasado viajaron 17.192.573 personas en ese periodo en el país germano, una diferencia significativa con este 2020 que fueron 6.503.935.

El aeropuerto de London Heathrow es el que más movimientos tuvo en marzo de 2019 y 2020, aunque perdió en el periodo de un año al 52,4% de los pasajeros. En total, volaron 3.420.256 personas menos en la primavera de este curso. En cambio, no es el aeropuerto que más visitas ha perdido proporcionalmente, sino que ha sido el de Berlín (-64,8%) seguido de El Prat en Barcelona (-64,5%) y el Kastrup de Copenhague (-63,7%).

Los datos de Italia no se encuentran disponibles en números absolutos, pero sí se reflejan porcentajes de caída de pasajeros, que serían en mayor medida en Milán Linate (-93%), Bérgamo y Venecia (ambos -90%), Milán Malpensa (-88%) y Bolonia (-86%), según el Instituto Nacional de Estadística italiano (Istat). Estos datos reflejan el cambio en el norte del país transalpino, con la caída de visitantes a Venecia, una de las zonas más turísticas del país, y Milán, foco de la moda y las ferias europeas.

Aunque los vuelos han ido retomando su actividad progresivamente, todavía está lejos de alcanzar los datos de estas mismas fechas la pasada temporada. El número de vuelos cayó de forma significativa no sólo en Europa si no a nivel mundial, como se puede observar en el siguiente gráfico con datos del radar de Flightradar24. 

Aun así, parece que el tráfico aéreo vuelve a retomar el ritmo habitual, aunque son todavía numerosos los cancelados por las compañías. Recientemente, los Veintisiete han acordado la lista de los 14 países que podrán volar dentro de las fronteras europeas a partir del 1 de julio, aunque capitales como Roma han impuesto una cuarentena obligatoria a aquellos que lleguen de las fronteras exteriores. En el caso de España, la entrada está limitada a viajeros provenientes de Argelia y Marruecos y sujeto a reciprocidad en el caso de China.

La lista acordada en Bruselas se revisará en dos semanas y permite la entrada en la UE a ciudadanos de Argelia, Australia, Canadá, Corea del Sur, Georgia, Japón, Montenegro, Marruecos, Nueva Zelanda, Ruanda, Serbia, Tailandia, Túnez y Uruguay.

Crisis en las aerolíneas

Los rescates a las aerolíneas han sido uno de los protagonistas de la crisis del coronavirus. Cuando la pandemia llegó a Europa los aeropuertos se cerraron, y Bruselas y las capitales tuvieron que buscar la manera de mantener a flote la industria. Por ejemplo, el inicio de la crisis se producían “vuelos fantasma” sin pasajeros para que las aerolíneas no perdieran sus derechos en los aeropuertos por una regulación europea que fue enmendada. 

El principal rescate ha sido el de la alemana Lufthansa, que ha recibido unos 9.000 millones de euros del Estado. También el Gobierno portugués ha aumentado su presencia en la aerolínea TAP, y en España el Ejecutivo ha dado recientemente un préstamo de emergencia a Iberia.