Tres meses lleva Nicaragua sumida en el caos. Los 90 días de protestas han dejado más de 350 muertos y 2.000 heridos. Las calles de Managua siguen coreando por la dimisión del presidente Daniel Ortegam que no ha dudado en emplear la mano dura en su bautizada Operación Limpieza. La UE ha condena la violencia contra estudiantes y Josep Borrell, ministro de Exteriores español, advierte de que la situación “va de mal en peor”.