Tras la negativa de Italia y Francia, finalmente Malta ha aceptado que el Aquarius desembarque en sus puertos. España, Francia y Portugal han llegado a un acuerdo para repartirse a los refugiados. La situación recuerda a la vivida en junio, cuando Madrid ofreció al navío tierra firme. Tres meses después, la política migratoria de la UE sigue paralizada por las diferencias insalvables de sus Estados miembros.